2 de junio de 2014

Las agujas de Cleopatra

Los dos obeliscos conocidos popularmente como "las agujas de Cleopatra" nunca conocieron a la célebre reina. Fueron erigidos a instancias de Tutmosis III para proteger la entrada del templo del dios Ra en Heliópolis. Construidos en granito rojo de Asuán, miden unos 21 metros de altura. En el año 13 a.C., Augusto ordenó al arquitecto Pontius su traslado a Alejandría. Una vez allí se levantaron delante del Cesareum, un templo que Cleopatra había ordenado alzar para su amado Marco Antonio. Cercano al puerto, el recinto se transformó en un santuario, destinado al culto de los emperadores de Roma como protectores de los marinos y viajeros. Los antiguos egipcios nunca imaginaron las peripecias que iban a experimentar los dos monumentos.

Obelisco de Londres

El obelisco occidental yacía en el suelo seguramente desde el el terremoto del año 1303. Inglaterra intentó sin éxito llevárselo en 1801 como trofeo tras vencer a Napoleón. Renunció a él de nuevo cuando Muhammad Ali se lo brindó como regalo en 1819. Pero, en 1876, resolvió llevarlo sin demora hasta orillas del Támesis. El objetivo pudo llevarse a cabo gracias a la generosa donación del médico Sir Erasmus Wilson y al original plan de transporte ideado por John Dixon. Siguiendo sus instrucciones, se introdujo el monolito en un enorme cilindro de acero impermeable de 28,5 metros de longitud. Éste se desplazó hasta la orilla haciéndolo rodar por el suelo (incluso se dinamitó parte del camino para facilitar el paso). Una vez en el agua, el cilindro se transformó en un barco, al que bautizaron como Cleopatra. Remolcado por la fuerza a vapor del Olga, puso rumbo a Londres. El viaje se complicó a la altura del golfo de Vizcaya. Allí una tormenta zarandeó al Cleopatra hasta hundirlo. Cuando ya se creía perdido, días después se supo que la corriente lo había arrastrado hasta las costas gallegas y que un barco lo había remolcado hasta el puerto de El Ferrol. Tras tener que pagar a su salvador (que lo reclamaba como botín) y sobrevivir a otras muchas penurias, el monolito se erigió en el céntrico Victoria Embankment el 13 se septiembre de 1880.

Obelisco de Nueva York

Su compañero, aún en pie y descartado por Champollion para llevárselo a Francia a favor del obelisco de Luxor, también sufrió el exilio. En 1869, Egipto lo regaló a Estados Unidos, pero no fue hasta diez años después que se procedió a trasladarlo, pese a las numerosas voces en contra. El monolito cruzó el Atlántico hasta Nueva York a bordo de un viejo carguero egipcio, el Dessoug, dirigido por el comandante Gorringe. El 22 de enero de 1881 se erigió en Central Park para regocijo de una parte de la comunidad. En 2011, Egipto reclamó la devolución del obelisco, bastante deteriorado.


Fuente:
Cristina Gil Palenque, "El deseo de Champollion". Historia y Vida nº539

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